
¡WOW, qué cambio!
Hay marcas que siguen su propia línea espacio-temporal. Dyson, con su universo estético personal derivado de una ingeniería con mucho peso dentro de la empresa, crea productos claramente reconocibles. En este caso, creo que han reducido un poco su habitual exhibicionismo tecnológico, que solía generar productos muy vanguardistas, en favor de una estética más minimalista. El resultado, para mí, es genial. No es revolucionario, pero sin duda es, al menos para mí, un objeto de deseo. Aunque quizás sea una pena si Dyson cae en la estandarización del diseño, ¡Esperemos que no!