Diseñado teniendo en cuenta cada recoveco, el envase refleja la pureza y claridad de su contenido, fusionando líneas limpias con geometrías puras. El frasco rectangular, de una elegancia sobria, se culmina con una esfera perfecta que funciona como tapón y dosificador de tipo cuentagotas, simbolizando la unión armoniosa entre forma y función.
Cada elemento del diseño ha sido cuidadosamente considerado para ofrecer no solo un producto, sino una experiencia. La transparencia del vidrio permite vislumbrar la pureza del serum y el nombre del producto de manera evidente, invitando a un ritual de cuidado personal que celebra la simplicidad.
La esfera dosificadora garantiza una aplicación precisa, reafirmando nuestro compromiso con la funcionalidad impecable y la belleza esencial.